Un de las metas que quiere lograr Microsoft con su nuevo Windows 7 (cuya salida se espera para el 2010), es dotarlo de un núcleo ligero, rápido y desligado del resto del sistema operativo, haciéndolo más modular y en teoría, mejorando el rendimiento en general. Así nace el MinWin, nombre que se le ha dado al kernel de Windows 7, el cual contiene todas las funciones necesarias (manejo de memoria, sistemas de archivos, comandos internos, protocolos de red, asideros para las diferentes interfaces de usuario y programas, registros, estructuras, interrupciones, etc.) en tan sólo 25 megas de disco duro y 40 megas de memoria, lo que lo hace, en comparación con otros sistemas operativos modernos (Linux, MacOS y versiones anteriores de Windows), bastante modesto en sus requisitos. Es muy pronto para saber si esto brindara frutos en forma de mejoras sustanciales en la velocidad de ejecución pero ya era hora de que Microsoft reemplazara el antiguo código de Windows NT que lleva años arrastrando…
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